Las Emociones

Se siente gratitud, cuando la familia tiene salud. Se siente esperanza, cuando el pronóstico del médico es bueno.

Se siente bien leer El Cafecito, cuando nos conectamos. 

Se siente gratitud, cuando la familia tiene salud. Se siente esperanza, cuando el pronóstico del médico es bueno. Se siente soledad, aún si tenemos compañía. Se siente plenitud, cuando se disfruta un atardecer. Se siente vulnerable, cuando se habla de los sentimientos. Se siente ternura, cuando se juega con un cachorro. Se siente tranquilidad, cuando podemos pagar todas las cuentas. Se siente miedo, cuando se inicia algo desconocido. Se siente inspiración, cuando admiras y no envidias. Se siente tristeza, cuando un amor defrauda. Se siente inseguro, cuando expresamos emociones. Se siente satisfactorio, cuando se vende y se cumple la meta. Se siente amor, cuando tenemos hijos. Se siente confuso, cuando se vislumbra el camino hacia la felicidad. Se siente envidia, cuando alguien come helado y no engorda. Se siente culpa, cuando no se hace ejercicio en enero. Se sienten celos, cuando se tiene la autoestima baja. Se siente ira, cuando la herida viene de la infancia. Se siente curiosidad, cuando el chisme queda a medias. Se siente angustia, cuando se cumplen 50 sin tener sueños realizados.

Pero al final, lo importante no es cómo se siente, sino lo que hacemos cuando se siente. ¿Qué haces cuando sientes miedo? 

Estamos condicionados a catalogar las emociones en buenas y malas, tratando de llenarnos de las que nos hacen sonreír. Nadie nos enseñó que las emociones son herramientas, son la brújula de la razón. Si no existiera la rabia, no haríamos nada frente a la injusticia. Si no existiera el miedo, correríamos directo hacia el león. Si no existiera la tristeza, no habría reflexión. Si no existiera el asco, nos comieramos la manzana podrida. Entonces, ¿será que la clave no está en sentir, sino en en qué hacemos cuando sentimos? ¿Será que en el colegio nos faltó una clase de inteligencia emocional?

Según Daniel Goleman, gurú de la inteligencia emocional, el éxito en la vida no lo garantiza un alto coeficiente intelectual, sino que radica más en una alta capacidad de inteligencia emocional. Piensa en el éxito no por cuántos ceros tengas en tu cuenta, sino por cómo percibas tú vida. Entonces, si ser más inteligentes a nivel emocional nos hace sonreír más, ¿por qué priorizamos aprender sobre inteligencia artificial?

El Cafecito de hoy viene con un tip poderoso, no mío, sino de él: Con cualquier emoción, pon tu máximo esfuerzo en reconocerla, siendo autoconsciente. Cuando la entiendas, gestionala, entendiendo que tú tienes el poder. Las emociones se convierten en motores, úsalas para alcanzar tus metas. Desarrolla empatía ante las emociones de los demás. Todas son válidas, es su mundo, no lo invalides. Todo esto te dará habilidades sociales para construir relaciones increíbles.

Más fácil escribirlo que hacerlo, lo sé. Pero nadie dijo que en el examen fuera fácil sacar 10/10.

Y bueno, este Cafecito… ¿Cómo se sintió? ¿Qué harás después?

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