Me levanto, me tomo mi té, (nunca rompo un ayuno con café) y salgo a trotar. Es martes, entre los pensamientos que me llegan, me doy cuenta de que no llevo ni el título del Cafecito de este miércoles. ¿Qué sería de Pal’ Cafecito de la Mañana si yo no me comprometiera a escribir cada semana? ¿Qué marcaría el reloj si solo trotáramos una vez al año? Me pregunto… ¿Es mejor tener talento o tener constancia y disciplina?
Estas dos palabras, aunque mejores amigas, no tienen el mismo significado. La disciplina nos habla de seguir normas, hábitos y estructuras. La constancia es mantenerte firme en una acción o propósito a lo largo del tiempo, sin importar qué obstáculo te puedas encontrar. Sus padres: la perseverancia y la paciencia.
Para cumplir una meta o un sueño, sin duda la constancia será tu socia. Te puedes quedar manifestando todas las noches tener el negocio de Kim Kardashian, pero si no trabajas en él, no venderás esos millones de más. Creo que muchas veces por querer avanzar más rápido que una nave de SpaceX, nos auto-saboteamos, prefiriendo renunciar, excusándonos, victimizándonos y quedándonos en el querer, no en el hacer. Pero, en realidad, no hay necesidad de ver todo el camino, pues una meta grande no es más que pequeños logros acumulados.
La constancia debe estar anclada a un verdadero motor, motores que prendan aun sin energía, aquellos que mueven el ser para poder después hacer. El impulso, no será querer ser la persona más rica, sino poder sustentar a tu familia. O tal vez no será ser la psicóloga más famosa, sino ayudar a tu comunidad a vivir mejor. O quizás no será que otros te vean “fit”, sino tener una vida más longeva. La meta final es libre de ego, de pretensiones.
Sería genial que cuando viéramos a una persona con el cuerpazo de Baywatch, en vez de decir: “que obsesión”, reemplazarlo por “admiro cómo quizás pone su bienestar primero”. Cuando veamos a una influencer exitosa en su trabajo, en vez de decir “solo quería fama”, reemplazarlo por “admiro cómo todos los días crea contenido, aunque tenga días malos”. Cuando veamos una pareja feliz, en vez de decir “seguro por algo pelearán”, cambiarlo por “seguramente, constantemente riegan la plantica del amor”.
Si queremos éxito en cualquier ámbito de nuestras vidas, necesitamos ser constantes o, definitivamente, quedarán un montón de pequeños fragmentos de sueños regados y preguntas incontestables como: “¿Qué tal si hubiera seguido? ¿Qué tal si hubiera persistido? ¿Lo hubiera logrado?” Me autorespondo: qué privilegio nacer con talento, pero qué grandeza vivir con constancia.