Los Finales

Se acaba un ciclo, pronto te estarás tomando el último café del año

Se acaba un ciclo, pronto te estarás tomando el último café del año, sin cafecito escrito, pues con este le damos cierre a la primera etapa de Pal’ Cafecito de La Mañana. Para crear, es esencial desconectar, de eso estoy convencida. Así como, para empezar, es fundamental haber terminado. 

Diciembre me hace pensar en los finales, no a los que nos acostumbró Disney, de princesas y castillos, sino esos que se presentan a lo largo de nuestra vida, los que de pronto viviste este año o aún estás viviendo. Finales inesperados, que desgarran el alma. También egoístas, pues les cuesta responder a nuestras preguntas, no tienen ni una sola respuesta a nuestros mil … ¿Por qué? ¿Por qué se acabó? ¿Por qué me pasó esto a mí? 

Este tipo de finales generalmente los encontramos en una relación, en el trabajo, cuando se acaba nuestra temporada en una ciudad, culmina una etapa de nuestra vida, le damos un adiós eterno a nuestros padres. Finales de momentos que se sienten como estar en medio de un hueco muy profundo, donde por más escaleras que nos traten de prestar para salir de él, sentimos que no hay salida, pues no tenemos fuerzas para escalar. ¿Cómo vuelvo a mi tranquilidad?

Aristóteles decía que el fin de algo nos explica el por qué existió en su principio; su propósito. Es solo cuando algo acaba, cuando podemos ver en perspectiva y entender en realidad qué nos vino a enseñar. Entonces de pronto la pregunta no es ¿por qué se acabó? sino, ¿qué vino a enseñarme? Por otro lado, más coloquial, menos filosófico, nos dicen que cuando se cierra una puerta, sin duda se abrirá una ventana. La pregunta debería ser acá ¿Qué quisiera encontrar al otro lado de la ventana? O más bien ¿Cómo quisiera sentirme cuando se abra?

Dejemos que la energía de este fin de año nos impregne con sus enseñanzas. Un cierre que nos muestra que no importa cómo hayamos vivido los últimos 365 días; da igual si fue un año que superó todas las expectativas o si se sintió más duro que una vida sin café. Siempre miraremos el año que viene con esperanza e ilusión.

Enero siempre trae la posibilidad de un nuevo comienzo, una hoja en blanco por delante, lista para ser pintada a nuestra manera. Llega cargado con un sentimiento que se parece a la gasolina de un avión; es nuestro combustible para continuar. Es un borrón y cuenta nueva, donde no importa si no subimos una escalera este año para ejercitarnos; mentalmente, estamos listos para participar en el Ironman. Nos sentimos como una batería nueva de Samsung. 

El fin de año nos enseña que el final, nunca dejará de ser el fin, pero el fin, nunca dejará de ser el inicio de algo más.

Nos leemos en enero, pues este cafecito es solo el último, antes del primero. 

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