El Propósito

Para ser feliz, debes tener claro tu propósito en la vida.

Para ser feliz, debes tener claro tu propósito en la vida. ¿En serio? ¿Eso es todo lo que necesito para ser feliz? Puro cuento. Siento que la palabra se ha tornado repetitiva; muchos posts y podcasts nos hacen sentir medio vacíos a aquellos que no conectamos nuestra vida con un propósito mayor. Cuestionándonos: ¿Cuál es mi propósito? ¿Salvar el mundo? ¿Y si nunca lo encuentro? ¿Seré infeliz? Me hace sentir como un pirata en búsqueda del tesoro perdido.

No puedo negar que admiro a aquellas personas que la tienen clara desde que son niños y tienen el lujo de cumplir, de adultos, el sueño de ese niño interior. Las Karol G del mundo, donde no importa si se demoran más de una década en obtener reconocimiento…perseveran. O los Van Gogh, donde el amor al arte venció la búsqueda de reconocimiento. Creó más de 800 obras y vendió solo una en vida.

Pero la realidad es que incluso estas personas alguna vez se han sentido perdidas. Momentos donde la vida se siente pesada, sin disfrute. Donde queremos escapar (olvidando que, donde quiera que vayamos, la mente siempre va de pase doble) Olvidando también que son justo esos momentos los que nos hacen mudar de piel.

Quiero llevarte a cuestionar lo que yo me cuestioné cuando me cansé de buscar en lo imaginario algo que está en lo tangible, en lo cotidiano. ¿Qué tal si el propósito de la vida es simplemente vivirla? Y no me refiero a vivirla como la acción de abrir los ojos en la mañana, sino a que, al abrir los ojos, estés presente en tu vida. Tener presencia al preparar el cafecito, al bañarte, al vestirte. Tener presencia para abrirle espacio al disfrute o a lo que se siente incómodo, para sentir. ¿Hace cuánto no te sientas a comer en completa presencia?

Al sentir, vamos descubriendo nuestra verdad. Es la única manera de entender qué resuena con nosotros y qué no se siente bien. ¿Qué hacemos por complacer a los demás? ¿A nuestro ego? ¿Con qué vibramos? Estas respuestas sí que deben ser un tesoro… Al tener presencia, vamos tomando decisiones más acertadas, eligiendo cómo queremos vivir, convirtiendo la vida en un lienzo y a nosotros en Van Gogh.

Mientras eliminamos los estigmas sociales, el «deber ser», y nos acercamos a nuestra verdad, encontramos nuestra verdadera esencia. Ese es nuestro propósito: vivir alineados con nuestra verdad. Pues una vida desde tu verdad, esa sí que es necesaria para ser feliz. Hemos encontrado el tesoro.

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